Con algunos brotes de violencia, la ausencia total del transporte público, cierre de vías y manifestaciones públicas por parte de diferentes sectores sociales y el lanzamiento de bombas lacrimógenas, se desarrolla en Cuenca la jornada de protesta contra el alza de los combustibles y otras medidas tomadas por el presidente Lenin Moreno.
A la tensa situación experimentada en Cuenca y en el resto del país, se sumó hace pocos momentos la firma del decreto mediante el cual el primer mandatario declaró el estado de excepción para garantizar la libre movilidad y garantizar la paz. La medida abre la incertidumbre a la marcha de protesta convocada por el prefecto del Azuay, Yaku Pérez, para las 16h30 de este jueves 3 de octubre.
Desde las primeras horas de este jueves 3 de octubre miles de personas se desplazaron como pudieron a sus lugares de trabajo mientras grupos de taxistas realizaban cierres de vías en lugares estratégicos como la entrada a Baños, Feria Libre redondel del hospital del IESS.
Pasadas las 09h00, grupos de manifestantes empezaron a llegar a los bajos de la Gobernación cerrando el tránsito y procediendo a la quema de llantas. En forma simultánea, la dirigencia de la transportación, primero, y luego las organizaciones sociales y gremiales a las que se sumó el prefecto Yaku efectuaron sus pronunciamientos en contra de las “medidas neoliberales”.

Dirigentes de los transportistas explican los argumentos para su suspensión de labores.

El prefecto Yaku Pérez (I) y dirigentes de las organizaciones sociales respaldan la medida.
Cerca del medio día el estado de tensión creció cuando los grupos de protesta rompieron las seguridades de las vallas que protegían el acceso principal a la Gobernación, mientras otros manifestantes lanzaban objetos contundentes contra la guardia policial.
La virulencia de ese momento se disolvió mediante el lanzamiento de bombas lacrimógenas por parte de la Policía, ahuyentando a los manifestantes hacia las esquinas cercanas a la Gobernación.
Los dirigentes de los transportistas fueron tajantes en su exigencia, o el presidente Moreno deroga las medidas o se va a la casa, en ese sentido anunciaron que el paro del transporte será indefinido.
El prefecto del Azuay saludo la presencia de los sectores sociales, campesinos, trabajadores, de las universidades, que se despiertan a defender sus derechos.
Recordó que en todo este tiempo le ha pedido al Gobierno la renegociación de los contratos petroleros, de la telefonía celular “y tenemos 5.000 millones de dólares anuales”; hemos pedido que den ejemplo de austeridad reduciéndose los sueldos a la mitad; y, sobre todo, que “recuperen los 70.000 millones de dólares que se robó Correa”, enfatizó Pérez.
Pasado el medio día, el alcalde Pedro Palacios hizo su público de ofrecimiento para actuar como mediador de las conversaciones entre los transportistas y gobierno nacional, propuestas que no fue aceptada por los agremiados del transporte.
Hacia las 13h30 el presidente Lenin Moreno anunció la entrada en vigencia del estado de excepción.
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