A su vez, el Kremlin advierte a Finlandia y Suecia que su ingreso a la OTAN no fortalecerá su seguridad y califica la decisión de “otro error grave que tendrá consecuencias de largo alcance”.
El Gobierno ruso volvió a asegurar que responderá de manera simétrica a la acumulación militar de la OTAN en Finlandia y Suecia luego de su adhesión al bloque.
“Nuestras respuestas serán simétricas a estos pasos […] La reacción de Rusia ante estos sucesos será la necesaria y suficiente, estoy seguro que podremos proteger nuestros intereses, proteger los intereses de nuestro país, garantizar su seguridad, la seguridad de nuestros ciudadanos con los medios necesarios”, advirtió el vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, citado por el canal Hispan TV.
Insistió en que Moscú está listo para hacer frente a la presencia militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Finlandia y Suecia tras el ingreso de ambos países en el bloque.
En cuanto a las posibles provocaciones de estos dos candidatos a la OTAN, Medvédev dejó en claro que Finlandia y Suecia pueden elegir diferentes rutas de avance en el marco de la Alianza y tomar la decisión de crear bases en sus territorios y emplazar armas ofensivas.
De igual manera, según indicó el también expresidente ruso, la adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN solo haría más difícil la situación de la región “a la hora de garantizar la seguridad para todos”.
Es más, Medvédev sostuvo que, a su juicio, tal medida deteriora la seguridad en la región del Báltico y la convertiría en un “mar dominado por la OTAN”.
En este sentido, puso de relieve que el ingreso de estos países también afectará las relaciones diplomáticas que mantienen con Moscú. “Las relaciones con la Suecia neutral también serán revisadas”, expresó.
Esto mientras que, a fines del pasado mes de junio, la OTAN invitó formalmente a Suecia y Finlandia a unirse a la alianza militar, según confirmó una declaración de los Jefes de Estado y de Gobierno de la OTAN.
Con Finlandia, la frontera del bloque militar se acercará aún más al territorio ruso, casi 1400 kilómetros de línea común que afianza la posición de la Alianza en una zona próxima de gran interés económico y geoestratégico para Moscú, es decir, el Ártico.
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