Éxito del tranvía dependerá de la tarifa y el sistema integrado

Este lunes 15 de octubre se asfaltaba la avenida España en el sector de Milchichig.

Este lunes 15 de octubre se asfaltaba la avenida España en el sector de Milchichig.

Ahora que está terminando la obra física del tranvía hay que dar paso al siguiente gran reto que es la operación y sobre todo el establecimiento de la tarifa  cuyo éxito va a depender de su integración al sistema de transporte público masivo, expresó el concejal Carlos Orellana.

Hablar de la sostenibilidad del proyecto es hablar de tarifas y también hablar de subsidios en el caso de que el análisis de los usos no logre equilibrar la operación. No hay que tenerle miedo al subsidio porque eso significaría focalizar la ayuda a las personas que no tienen vehículo y con la utilización de transporte masivo contribuyen a descontaminar el planeta, sostuvo el edil.

Indicó que en algunos lugares del mundo el transporte público es gratuito pero en contraste hay duras sanciones para quienes parquean sus vehículos en los centros históricos y además hay políticas que desincentivan el uso del vehículo particular.

Precisó que los posibles costos del pasaje mencionados por las autoridades, fluctuantes entre 35 y 50 centavos, en base a los estudios de una empresa consultora, no dejan de ser todavía una expectativa, como lo son las proyecciones de cuántas personas utilizarían el servicio.

Los mismos estudios originales señalaban que se operación iba a depender de cómo el tranvía se incorpora a la ciudad, mediante un sistema de transporte integrado masivo, si hay más líneas que lo alimentan mejorará su éxito y el otro extremo en el caso contrario.

Además los estudios se hicieron en base a modelaciones en ciudades con porcentajes poblacionales similares a los de Cuenca y “una modelación no es más que eso, una visión anticipada de lo que podría pasar”, puntualizó Orellana.

Añadió que también hay que articular los intereses del transporte público con los intereses de la Cámara de Transporte, evitando poner en riesgo las cuantiosas inversiones que la cámara está haciendo para renovar la flota de buses a partir de noviembre del año en curso.

La mañana de este lunes los trabajadores hacían algunas rectificaciones junto a los rieles, en la calle Mariscal Lamar  y Padre Aguirre.

Pero más allá de todo esto hay que desincentivar el uso del vehículo privado, enfatizó el concejal, tras precisar que se ha comprobado muchos casos en los que los orígenes y destino de los viajes de los cuencanos se solucionarían caminando, sin embargo utilizan sus vehículos privados.

Quienes reivindican el uso del auto privado siempre van a tener como solución la exigencia de más vías, pero con el crecimiento del parque automotor no habrá ninguna vía que solucione los problemas de movilidad.

 En todo el mundo está comprobado que no porque se multipliquen las vías el tránsito va a fluir de mejor manera, se requiere cambios culturales en los que el ciudadano no tenga temor a utilizar el transporte público masivo que le acerque a su trabajo y demás lugares de actividades.

La obesidad no se soluciona comprando pantalones más anchos, la obesidad y el colesterol urbano de Cuenca se solucionarán repensando las formas en cómo nos movilizamos, subrayó Carlos Orellana.

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