El pasado sábado se inauguró la casa hospedería restaurante del proyecto turístico Cascadas Las Dudas
Lo que en el periodo más tenaz de la pandemia inició como un sueño, el pasado sábado 30 de octubre se fraguó en una agradable realidad gracias a la iniciativa y empuje de Daniela Alejandra Borja, une joven emprendedora en el área del turismo ecológico y de aventura. Mediante una programación artística se inauguró la casa hospedería restaurante del proyecto Cascadas Las Dudas, allá en las alturas de las nacientes del río Collay, cantón El Pan.
Para el acontecimiento volvieron a su tierra desde varios lugares del país, especialmente de la Costa, varias de las gentes que hace muchos años se fueron en busca de días mejores y que efectivamente con mucha fuerza, ánimo y carácter fueron logrando sus metas.
Por unas cuantas horas los caminantes se olvidaron de la cotidianidad de sus ambientes actuales y se adentraron una vez más en los lares que los vio corretear de niños, adolescentes y jóvenes. Cuántos recuerdos habrán fluido desde sus historias recónditas, al igual que las cascadas que se precipitan desde lo alto de la montaña, refrescando los espectaculares parajes de las cañadas pobladas de dudas y guabiducas. El turismo los convocó al reencuentro de una gran familia.
El momento cumbre estuvo marcado por la huaspichana o inauguración de la casa, conjuntamente con la colocación de la cruz, símbolo de fe del pueblo católico, y los tradicionales capillos, tras lo cual vino el corte de la cinta, de una forma inédita, sí, a falta de tijera, con el cuchillo de la cocina.
Allí estuvieron para animar con su música los artistas de la zona, Fredy Sánchez, quien así mismo, ya bastante maduro, se vio impelido por la pandemia a los escenarios de Guayaquil y poblaciones circundantes; los Carlos Cárdenas, padre e hijo, Isabel Solis, jóvenes cantantes, los dos últimos, que se van abriendo campo por el difícil ámbito del canto. Calidad les sobra.
En fin, faltó tiempo para completar la algarabía, la distancia de las alturas de El Collay respecto a los centros poblados de El Pan, en la cerrazón de la noche, instaló algo de temor en los ánimos y varios de los presentes decidieron retornar prudencialmente según les iba aconsejando el reloj. El recuerdo de la jornada estará impregnado en sus mentes.
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