El coronavirus estrategia de un imperio en decadencia

 

Por: Raúl Ortiz Patiño

Las farmacéuticas transnacionales y gobiernos de naciones poderosas,  financian desde hace décadas a institutos y centros de investigacion con la finalidad de producir  virus y agentes bacteriológicos manipulados genéticamente para esparcirlos en países insumisos que son renuentes a sus políticas neo colonizadoras. La guerra bacteriológica la inició EE UU contra Vietnam a fines de la década del 50 e inicios del 60, arrojando bombas de napalm conocido como agente naranja lo que causó miles de civiles inocentes asesinados al tiempo de diezmar la flora y fauna de ese país, desapareciendo cientos de especies por completo. Esparció el moho azul desde avionetas piratas para destruir los cultivos de caña de azúcar de Cuba con el objeto de disminuir sus capacidades de exportación de azúcar y así quebrar su economía y acabar con la revolución cubana y sus líderes. Cerca del fin de la segunda guerra mundial, arrojó las desastrosas bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki (Japón) cuyas consecuencias, además de provocar cientos de miles de civiles asesinados,  hasta la actualidad afecta a los descendientes de los afectados por la radioactividad que quedaron vivos, cuyos hijos  nacen con malformaciones genéticas graves.

La lista de acciones terroristas bacteriológicas de  EE UU contra naciones que se rebelan a su dominio, es inmensa.

Las farmacéuticas transnacionales como la Bayer, son parte de los nuevos tentáculos que emplea para succionar dinero de millones de seres humanos que buscan las curas para las «nuevas enfermedades» creadas en laboratorios. Seres manipulados por sus perversos aliados, los grandes medios de comunicación, encargados de sembrar pánico masivo en la población con lo cual cierran la pinza para asegurarse un botín multimillonario inmoral digno de filibusteros de la peor calaña. Son las nuevas formas de acumulación de riqueza que emplea el capitalismo neoliberal imperial global para dominar a los demás países .

EE UU es el mayor deudor de China y el país más endeudado del mundo. China se ve obligada a presionar a EE UU con renegociar los «papeles de la deuda» en el mercado internacional lo cual quebraría  la economía gringa, ante los desafueros de Donal Trump de imponer sanciones económicas contra China en el marco de una guerra comercial que sacude al mundo.

Además, EE UU está perdiendo  la disputa por crear  la tecnología G-5 que China ya la tiene. Se trata de la red de internet más potente, rápida y versátil de todas que permitirá manejar los datos comerciales, financieros, militares, ciudadanos y a todo nivel. El postulado de que quien maneja la información maneja el poder, es evidente, y China ya le lleva amplia ventaja a EE UU, imperio desesperado que se vale de todas las estrategias, incluidas las ilegales e inmorales para desprestigiar, bloquear y chantajear a los países que no se alinean con él.

EE UU ni siquiera pudo con Irán, nación que le causó la muerte de 80 de sus soldados y mercenarios en respuesta al asesinato de su principal líder militar. Tampoco puede con Rusia, destacada potencia nuclear militar, menos con China que además de tener el ejército más grande del mundo, se viene equipando en silencio con alta tecnología. No puede con Corea del Norte,  India y Turquía, ostensibles potencias militares y tecnológicas, que tampoco obedecen a sus políticas imperiales.

En América Latina,  Venezuela resiste heróicamente al bloqueo económico y acciones terroristas implementadas por EE UU para hacerse con sus reservas de petróleo, coltan, diamantes, oro y agua dulce, de las más grandes del mundo. Los aliados extracontinentales de Venezuela la vigilan.

En este teatro de operaciones, y como telón de fondo, surge la epidemia del  coronavirus en China, amplificada por EE UU para usarla como el gran distractor perverso y fatal que le permita recuperar en algo su alicaído liderazgo a costa de desprestigiar a su potente contrincante que es China.

El imperio está herido. Mueve su fétida cola como bestia enferma. Lanza llamas purulentas desde su hocico de dragón avariento e insaciable, buscando  sacarle réditos financieros a costa de la muerte de gente inocente.

A salir del pánico con la plena conciencia de quienes hacen negocios con la muerte, informándonos en fuentes alternativas a los corifeos del imperio e impulsando acciones de resistencia y contrainfornación.

Sé el primero en comentar en «El coronavirus estrategia de un imperio en decadencia»

Deja un comentario