
Los fieles trasladan la imagen de la Santa desde la casa de la prioste principal, María Morocho, a la capilla de la comunidad.
Hace aproximadamente 11 años Bernardo Muñoz salió de su comunidad Santa Rosa, ubicada en la parroquia Tarqui, y emigró a los Estados Unidos donde su habilidad para la construcción de casas le facilitó ubicarse laboralmente y luego ser requerido en forma frecuente.
Pero hace un poco más de un año la situación se puso difícil y no encontraba empleo, en esas circunstancias, su madre, María Morocho, fue a visitarlo en esa tierra lejana y mientras una tarde conversaba con su hijo en una esquina de la casa, sonó el teléfono, al otro lado de la línea estaba Luz Ayabaca, la síndica de la comunidad, y consultaba si había la posibilidad de que Bernardo “pase una misita” en honor a Santa Rosa, la Patrona de la comunidad.
La respuesta no se hizo esperar y fue en positivo. A los pocos días el emigrante nuevamente fue contratado para dirigir otras construcciones, asunto que para María Morocho fue una inequívoca señal de milagro de la Santa. Con ese antecedente la promesa fue cumplida este sábado 25 de agosto.
Con la respuesta positiva, la madre hizo el anuncio al resto de su familia y amistades, en Tarqui, e inició los preparativos que se intensificaron a partir del sábado 18 de agosto con el almuerzo de invitación y agradecimiento a las personas, organizaciones, barrios y comunidades que se comprometieron en apoyar y participar en la celebración.
El día del gran acontecimiento, las familias se pusieron en movimiento muy temprano para ataviarse con las mejores galas y ponerse en camino hasta el sector del Puente Carrión, en la carretera Panamericana Sur, el punto de encuentro para la procesión.
Acudieron gentes desde Acchayacu, Tutupali, Gullanzhapa, El Verde. Caminar junto a la Santa, aunque no sea para recibir algún favor en específico, sino solo movidos por la fe, ya fue motivo suficiente para que muchos fieles católicos se hagan presentes en la demostración religiosa, en otros se adivinaba que sus necesidades eran mucho más profundas y entonces se los vio abandonarse a su fe y pactar en silencio con la Santa.
La congregación hizo su caminata por el serpenteante tramo vial de más de dos kilómetros, animada por los sones armónicos emitidos por los instrumentistas de la banda de Luis Pauta, oriundos del cantón Girón.
Un descanso reparador en la casa de María, fortalecido por un suculento almuerzo, dejó listos a los participantes para la segunda parte de la jornada.
Precedida por la vaca loca y el venado loco, y acompañada por abanderados, portacirios, floreras, maceteras y la comunidad ferviente de religiosidad, la Santa fue camino a la capilla de la comunidad, allí el párroco Ángel Morocho ofició la Eucaristía y felicitó las demostraciones de fe del pueblo católico y convocó a los presentes a fortalecer el respeto hacia sus padres, hermanos, hijos, vecinos y todos los miembros de las comunidades.
El respeto comienza en la casa, en la comunidad, en el barrio, allí se construye el diálogo, la participación, la solidaridad, subrayó, el religioso.
Luego el gran bazar, lechón incluido, hizo “rebuscar” a muchos los últimos centavos en sus bolsillos, pero a la final todo salió y los compradores también salieron felices.
Enseguida la jornada cultural animó la fría tarde de Tarqui. El grupo cultural de la parroquia Baños, facilitado por el presidente de su Gobierno Parroquial, David Gutiérrez, y el grupo cultural juvenil Sumac Raymi, de la comunidad de Gullanzhapa, tejieron sus bien acompasados pasos al ritmo de las más alegres melodías del pentagrama nacional. ABRIR VIDEO
Hacia el incio de la noche el ambiente se iluminó con las luces artificiales de la tradicional vaca loca, el venado loco y más juegos pirotécnicos.
En el transcurso de la celebración, la presidente de la comunidad, Dolores Valverde, dejó al descubierto una serie de necesidades que son competencia directa de las autoridades locales, cantonales y provinciales.
Habló del mal estado de la vía principal, de las peticiones para su ensanche, de la falta de alumbrado público, asuntos por los que sigue esperando respuestas.
Igual de urgente es la atención a los requerimientos sociales sobre todo de los jóvenes. Se necesita cursos prácticos de carpintería, mecánica, electricidad, cocina, meseros, saloneros, dijo.
De todo esto se enviaron comunicaciones al Gobierno Parroquial en la búsqueda de respuestas positivas, pero al parecer no han llegado a sus destinatarios porque no ha habido ninguna reacción aparte del silencio, señaló la lidereza.
Más bien la administración municipal demostró interés en la comunidad y apoyó con el lastrado de la vía principal y otros ramales.
De ahí, Santa Rosa va surgiendo por los propios esfuerzos de sus habitantes que han visto en la organización comunitaria el mecanismo básico para generar muchas fortalezas, sostuvo Dolores Valverde.
Así, mientras el bullicio de los niños, las nutridas risas de los jóvenes y adultos, el bramido de los cohetes, mezclados con la alegre música de la banda de Girón, continuaban inundando el cada vez más frío ambiente de Tarqui, María Morocho urgió al grupo de mujeres seleccionadas para las labores en la cocina, que se apresuren en la distribución de los alimentos.
Mientras el intenso fuego de la leña seca elevaba la temperatura de las ollas gigantes en la cocción de la merienda, la prioste mayor abandonó por un momento la prisa y agradeció a Santa Rosa por todo los favores recibidos, y a todos los presentes por sumarse a la alegría de la celebración.
Agradezco a todos los miembros de la comunidad por habernos apoyado, a toda la familia, a los vecinos. En la tierra lejana donde están mis hijos mando un saludo con mucho cariño, enfatizó María, sin poder detener su emoción.
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