«Cuando un amigo se va
queda un espacio vacío,
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo».
Estos versos escritos en 1969 en homenaje a la muerte de su padre, se convirtieron este jueves 4 de abril en su propio homenaje póstumo salido desde miles de gargantas de gentes de habla hispana, su autor, Alberto Cortez, el cantautor argentino más potente, falleció en Madrid, a los 79 años de edad.
De acuerdo a los medios españoles, hace algunos días el trovador iberoamericano fue ingresado en el Hospital Universitario HM Puerta del Sur de Móstoles, aquejado por complicaciones de unas úlceras gástricas, y este jueves dejó de existir.
Cortez, (José Alberto García Gallo, su nombre real), autor de temas universales: Cuando un amigo se va, A mis amigos, El Abuelo, Castillos en el aire, A partir del mañana, En un rincón del alma, No soy de Aquí, nació el 11 de marzo de 1940, en Rancul, provincia de La Pampa, Argentina.
A los seis años su madre lo inscribió en el conservatorio local y a los 12 empezó a escribir canciones. Ya joven abandonó los estudios de Derecho y en 1961 viajó a Madrid, para entonces ya había incursionado en varios escenarios de su Argentina natal, Estados Unidos, Canadá y Europa. En Bélgica conoció a la que luego sería su esposa, Renée Govaerts.
De allí su andar y encuentros fue interminable, de ellos la gira “Lo Cortez no quita lo Cabral, 1994-1995, con su amigo Facundo Cabral, un enorme filósofo de la vida, es memorable. El álbum “Momentos” es el referente de este fabuloso encuentro.
Además de Cabral, cantó con María Dolores Pradera, Estela Raval, Pablo Milanés o Joan Manuel Serrat, haciendo de la canción popular grandes testamentos de vida.
En su fructífera carrera ha grabado medio centenar de discos y ganado cuatro discos de oro; publicó cuatro libros de poemas y participó en dos películas como actor.
De su voz potente quedará vibrando eternamente el pasillo ecuatoriano Sombras, escrito por la poetisa Rosario Sansores y musicalizado por Carlos Brito.
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