Ante la denuncia de supuesto abuso sexual, interpuesta por la familia Palacios Barrera, en contra de un sacerdote de esta Iglesia particular, la Arquidiócesis de Cuenca manifiesta que:
1.- El Arzobispo de Cuenca, durante un diálogo muy cercano y fraterno con la familia Palacios Barrera, ha expresado su profundo dolor y su sincera solidaridad para con quien se presenta como afectado y para con su familia, ofreciéndoles inmediata intervención en el caso, para que estos hechos se aclaren plenamente y puedan brillar la verdad y la justicia, deseo primordial de la Iglesia Católica en este tipo de circunstancias. Así mismo, comprometió sus oraciones para que el Señor guíe los pasos de todos por el sendero de la transparencia.
2.- El Papa Francisco ha dejado muy en claro que el abuso sexual de menores, mucho más si perpetrado por los miembros del clero y consagrados, es un “pecado horrible” y completamente opuesto y en contradicción con lo que Cristo y la Iglesia nos enseñan”. Y, que en consecuencia, “la Iglesia Católica, irrevocablemente y a todos los niveles, pretende aplicar contra el abuso sexual de menores el principio de ‘tolerancia cero’ (Discurso a los miembros de la Pontificia Comisión para la Tutela de Menores, 21 de septiembre de 2017). Con el Papa Francisco y la decisión de toda la Iglesia, la Arquidiócesis de Cuenca manifiesta que cualquier encubrimiento en este tipo de situaciones, se encuentra lo más ajeno a sus sinceras intenciones. Y que, por el contrario, tiene toda la intención de propiciar los caminos más adecuados para buscar la verdad de los hechos, respetando íntegramente, por supuesto, los derechos inalienables de cada persona y la necesaria presunción jurídica de inocencia.
3.- Este compromiso de trabajar para lograr la claridad de los hechos y para brindar toda la ayuda necesaria para ello, la realizará la Arquidiócesis de Cuenca utilizando la norma canónica establecida para este tipo de delitos, que son, principalmente, el “motu proprio Sacramentorum sanctitatis tutela, promulgado por San Juan Pablo II en 2001 y enmendado por Benedicto XVI en 2010 y el Instructivo para el juzgamiento de estas causas, propio de la Iglesia en el Ecuador, de 2014.
4.- No podemos perder de vista que todas las personas gozan de dignidad inviolable, del derecho a la buena fama y del respeto a la presunción de inocencia, por lo cual, así como la Iglesia Católica condena con claridad todo acto de violencia sexual, intrafamiliar o de otro tipo, también exhorta a todos, en conciencia, a respetar la dignidad, la buena fama y la presunción de inocencia de los demás, Ello será garantía del sincero deseo de conocer la verdad y favorecerá la objetividad.
5.- Lamentablemente, hemos sido testigos de mensajes y de posiciones muy negativas e injustas en contra de sacerdotes, por el simple hecho de serlo, y en contra de la Iglesia en general. Tales actitudes no son correctas ni justas. No es propio, en efecto, emitir señalamientos, conclusiones y sentencias, en contra de categorías de personas e instituciones en general, sin haberse desarrollado antes los debidos procesos legales, que las grevedades de este tipo de hechos ameritan.
6.- Finalmente, pedimos al Dios de la vida que todas las decisiones que se tomen y los pasos que se den, se encaminen en todo momento al servicio de la verdad y de la transparencia en todos los procesos.
Secretaría de Comunicación de la Arquidiócesis de Cuenca
Cuenca, 25 de abril de 2018
Sé el primero en comentar en «Comunicado de la Arquidiócesis de Cuenca frente a la denuncia de abuso sexual por parte de un sacerdote»